Volver a la normalidad después de una lesión puede convertirse en una verdadera carrera de obstáculos. No solo se trata de recuperar la movilidad o la fuerza, sino de asegurar que el deportista regrese a su nivel óptimo sin aumentar el riesgo de recaídas. Aquí es donde entra en juego la figura del readaptador deportivo, un profesional clave en la transición entre la rehabilitación y el retorno a la actividad física.
En el ámbito deportivo y de la salud, el readaptador físico-deportivo desempeña un papel fundamental en la optimización del rendimiento y la prevención de lesiones. Su trabajo va más allá de la simple recuperación muscular: busca restablecer la funcionalidad del atleta mediante un enfoque progresivo y personalizado, teniendo en cuenta no solo la lesión, sino también los patrones de movimiento, las cargas de entrenamiento y las necesidades específicas del deporte practicado.
La clave del éxito en la readaptación deportiva radica en un proceso individualizado, adaptado a las características del deportista, el tipo de lesión sufrida y las demandas de su disciplina. Aplicar estrategias específicas de carga, movilidad y control neuromuscular es esencial para lograr una recuperación efectiva y sostenible en el tiempo.
En este artículo, exploraremos en profundidad qué hace un readaptador deportivo, su impacto en la salud del atleta y los desafíos actuales de esta profesión, incluyendo la influencia de la tecnología en el futuro de la readaptación deportiva.
Tabla de contenidos
¿Qué es un readaptador deportivo?
El readaptador físico-deportivo es un profesional especializado en la recuperación funcional del deportista tras una lesión, garantizando que su regreso a la actividad se realice en las mejores condiciones y minimizando el riesgo de recaídas. Su labor se sitúa en la intersección entre la fisioterapia y la preparación física, cubriendo la fase intermedia y final del proceso de rehabilitación.
Aunque esta figura surgió como una necesidad en el deporte de élite, su aplicación se ha expandido a la población general, el deporte base y el ámbito amateur, donde también se busca prevenir lesiones y optimizar el rendimiento físico. Carlos Lalín fue uno de los pioneros en la readaptación físico-deportiva en España, promoviendo un enfoque basado en la individualización del proceso y la integración de estrategias multidisciplinares.
Diferencias con un fisioterapeuta o un preparador físico
Es común que el readaptador deportivo sea confundido con otras figuras importantes en la salud y el rendimiento deportivo, como son el fisioterapeuta y el preparador físico. Sin embargo, sus funciones, aunque complementarias, son distintas:
- El fisioterapeuta se encarga de la fase inicial de la recuperación, abordando el dolor, la inflamación y la regeneración del tejido lesionado mediante técnicas manuales, terapia física y rehabilitación funcional.
- El preparador físico trabaja con deportistas sanos, diseñando planes de entrenamiento para optimizar el rendimiento, la fuerza, la resistencia y otras cualidades físicas.
- El readaptador deportivo se sitúa entre ambas figuras, gestionando la fase intermedia y final del proceso de recuperación. Su labor consiste en garantizar que el atleta vuelva a su nivel competitivo de manera segura y progresiva, evitando recaídas y optimizando su estado físico general y específico.

Funciones y competencias
El trabajo del readaptador físico-deportivo ha estado vinculado al entorno deportivo profesional integrado dentro de un equipo multidisciplinar compuesto por médicos, fisioterapeutas, podólogos y preparadores físicos, garantizando una recuperación óptima del deportista a través de un enfoque coordinado. En los centros médico-deportivos, esta dinámica también es habitual, aunque con variaciones según la estructura y los recursos disponibles.
Sin embargo, cada vez más profesionales optan por abrir sus propios centros de readaptación, donde, aunque no siempre cuentan con un equipo médico en plantilla, pueden apoyarse en informes clínicos y en la colaboración con otros profesionales externos para diseñar planes de recuperación adaptados a cada caso. Esta evolución en el sector ha permitido que la readaptación físico-deportiva no solo se limite al entorno profesional, sino que también llegue a deportistas amateurs y población general que busca optimizar su recuperación y prevenir futuras lesiones.
Entre sus principales funciones destacan:
- Diseñar programas de readaptación adaptados a la lesión específica y a las demandas del deporte practicado.
- Optimizar el rendimiento físico y funcional del deportista lesionado, manteniendo sus capacidades condicionales (fuerza, resistencia, velocidad) mientras se recupera.
- Supervisar la progresión de cargas de entrenamiento, garantizando que la vuelta a la actividad se realice sin riesgo de recaídas.
- Implementar protocolos de prevención de lesiones, analizando los factores de riesgo y aplicando estrategias personalizadas para minimizar la probabilidad de nuevas lesiones.
- Coordinarse con médicos, fisioterapeutas y preparadores físicos en entornos multidisciplinares, o gestionar la readaptación de forma autónoma apoyándose en informes clínicos y colaboración externa.
La formación del readaptador deportivo
Para ejercer como readaptador físico-deportivo, es imprescindible contar con una formación académica sólida en ciencias de la actividad física y del deporte. La titulación de base imprescindible es el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, a la que se suele añadir una especialización en Readaptación y Prevención de Lesiones mediante estudios de posgrado.
El readaptador debe desarrollar competencias en:
- Valoración e identificación de factores de riesgo de lesión.
- Diseño y monitorización del entrenamiento, controlando la evolución del deportista y su respuesta a las cargas de trabajo.
- Uso de herramientas avanzadas, como análisis biomecánico, vibración localizada (activación neuromuscular), ortesis o técnicas específicas como Muscle Activation Techniques (MAT).
La readaptación deportiva es una disciplina en constante evolución, por lo que la formación continua es clave para mantenerse actualizado con las últimas metodologías y tecnologías aplicadas a la recuperación y el rendimiento deportivo.
El rol del readaptador deportivo en la recuperación de lesiones
El manejo de las lesiones en el deporte debe abordarse desde una perspectiva multidisciplinar, integrando conocimientos de diversas disciplinas científicas. La prevención y recuperación de lesiones no solo es una prioridad en el alto rendimiento, sino también en la salud de la población general y el deporte amateur.
Debe existir una visión integral del proceso de readaptación. El readaptador físico-deportivo actúa como un puente entre los servicios médico-deportivos y los profesionales deportivos (entrenador, preparadores físicos). Su labor consiste en garantizar que el deportista pase de la fase de rehabilitación a una reincorporación segura y efectiva a la competición. Además, diseña e implementa estrategias para minimizar el riesgo de recaídas, anticipándose a posibles problemas mediante la evaluación de patrones de movimiento y control de cargas.
El readaptador físico-deportivo lleva al deportista desde el tratamiento de fisioterapia hasta su completa reincorporación a su actividad deportiva. Mientras que el fisioterapeuta se centra en la regeneración del tejido lesionado, el readaptador deportivo se encarga de la progresión funcional del deportista hasta su retorno seguro a la actividad.
¿Qué hace un readaptador deportivo?
El recuperador de lesiones emplea distintos métodos para garantizar una reinserción segura al deporte, incluyendo:
- Ejercicios de control neuromuscular: mejoran la estabilidad y previenen recaídas.
- Análisis biomecánico: corrige desequilibrios musculares que puedan haber causado la lesión.
- Trabajo de fuerza y resistencia: fundamental para que el deportista soporte las exigencias de la competición.
El readaptador físico-deportivo tiene un rol imprescindible en la gestión de la lesión del deportista
Readaptación deportiva y reentrenamiento físico-deportivo
La readaptación físico-deportiva es una disciplina esencial dentro del ámbito deportivo, enfocada en la recuperación funcional y la optimización del rendimiento del deportista tras una lesión. Su objetivo es garantizar una reincorporación progresiva, segura y eficiente a la actividad física y competitiva, minimizando el riesgo de recaídas.
Una vez identificada la lesión y sus características, es fundamental implementar un proceso estructurado que combine medidas médico-terapéuticas y físico-deportivas, con el propósito de:
- Restablecer la funcionalidad de la estructura afectada y su condición física general.
- Asegurar una reincorporación progresiva primero a los entrenamientos y, posteriormente, a la competición.
Este proceso debe ser individualizado y específico, involucrando a múltiples especialistas, con el objetivo final de lograr la óptima disponibilidad del deportista tanto para la práctica deportiva como para el alto rendimiento competitivo. Además, la reducción de las lesiones no solo protege la salud y calidad de vida del deportista, sino que también resguarda su rendimiento y la inversión económica en el deporte profesional.
¿Qué es una readaptación deportiva?
Dentro del campo de la readaptación y reentrenamiento deportivo, algunos autores diferencian dos ámbitos funcionales de actuación profesional:
- Recuperación funcional deportiva (RFuD): Se desarrolla en un ámbito clínico, liderado principalmente por médicos y fisioterapeutas, aunque con la posible intervención de otros profesionales de la salud.
- Readaptación físico-deportiva (RFiD): Se desarrolla en un ámbito no clínico, centrado en el reentrenamiento físico y la progresión deportiva, liderado por preparadores o readaptadores físico-deportivos.
La combinación de estos dos ámbitos permite una transición fluida desde la fase inicial de rehabilitación hasta el retorno a la competición, asegurando que el deportista recupere su estado óptimo sin comprometer su integridad física.
¿En qué se diferencia de una rehabilitación?
El readaptador deportivo surge para cubrir un vacío existente entre la rehabilitación clínica y el retorno al entrenamiento/competición (return to play).
- La rehabilitación abarca la fase inicial de la recuperación, dominada por un enfoque médico-fisioterapéutico, donde se trabaja en la curación del tejido y la recuperación funcional básica.
- La readaptación deportiva, en cambio, va más allá de la simple recuperación, asegurando que el deportista recupere no solo su movilidad, sino también su capacidad física y deportiva específica.
El papel del readaptador físico-deportivo no se limita únicamente a la fase de recuperación. Su función ha evolucionado hacia un enfoque más amplio, incluyendo la prevención de lesiones mediante el diseño de programas específicos e individualizados, adaptados a las necesidades y características del deportista.
Además, en los últimos años han surgido especializaciones dentro de la readaptación deportiva, con profesionales que se centran en áreas como el entrenamiento de la fuerza y el acondicionamiento físico, consolidando un modelo de trabajo que no solo busca la recuperación, sino también la optimización del rendimiento.
Alta médica, alta deportiva y alta competitiva
El proceso de recuperación culmina en tres niveles de alta, que determinan el estado del deportista y su progresión hacia la plena reincorporación:
- Alta médica: Se otorga cuando la lesión está completamente curada y el deportista ha recuperado su funcionalidad básica.
- Alta deportiva: Indica que el deportista está en condiciones de integrarse a los entrenamientos en un contexto deportivo, aunque con posibles restricciones iniciales.
- Alta competitiva: Marca la plena disposición del deportista para competir sin limitaciones. Si su participación es parcial o modificada, no se considera totalmente recuperado. En fútbol, según la UEFA, un jugador solo se considera completamente recuperado cuando participa en el 100% de las sesiones de entrenamiento y está disponible para disputar partidos (Hägglund et al., 2005).
Este enfoque estructurado permite garantizar que el retorno al deporte se realice con seguridad, reduciendo el riesgo de recaídas y mejorando la longevidad deportiva del atleta.
Métodos y estrategias de la readaptación físico-deportiva
La readaptación deportiva se basa en estrategias diseñadas para optimizar la recuperación del deportista tras una lesión, asegurando una reinserción segura a la actividad física y minimizando el riesgo de recaídas. Sus objetivos principales son:
- Reducir la duración de la lesión, permitiendo una reincorporación segura al entrenamiento y la competición.
- Prevenir recaídas y lesiones futuras, analizando patrones de movimiento y factores de riesgo individuales.
Este proceso debe ser progresivo y gradual, gestionado por un equipo multidisciplinar compuesto por profesionales especializados en la readaptación físico-deportiva, fisioterapia, medicina deportiva y preparación física.
Un modelo estructurado en múltiples etapas ha demostrado ser una estrategia eficaz para reducir el riesgo de recaídas y mejorar la recuperación del nivel de rendimiento previo a la lesión (Loeza-Magaña et al., 2021).
Fases
Según Carlos Lalín (2008a,b), el proceso de readaptación puede dividirse en tres grandes fases:
Recuperación funcional deportiva
– Reajuste de parámetros físicos, motores y deportivos generales y específicos.
– Uso de recursos terapéuticos y de entrenamiento para facilitar una reincorporación segura.Readaptación físico-deportiva
– Enfoque en la reeducación y optimización de patrones motores generales y específicos.
– Proceso progresivo de enseñanza-aprendizaje para garantizar la funcionalidad deportiva.Reentrenamiento deportivo
– Preparación específica para que el deportista tolere las demandas físicas de su disciplina.
– Simulación de situaciones de juego o competición para asegurar una vuelta efectiva.
Cada una de estas fases puede subdividirse en cuatro subfases, con objetivos progresivos:
- Aproximación: Mantener la condición física de las estructuras no lesionadas y prevenir la pérdida funcional del área afectada.
- Orientación: Reforzar la zona lesionada y mejorar la condición física general del deportista.
- Pre-optimización: Reeducar patrones motores específicos y realizar entrenamientos adaptados a la disciplina del atleta.
- Optimización: Implementar entrenamientos avanzados enfocados en el máximo rendimiento y la prevención de recaídas.
El readaptador físico-deportivo tiene un papel clave en la planificación y gestión de estas fases, asegurando que el proceso sea seguro, efectivo y adaptado a las necesidades individuales del deportista.
Métodos
Las lesiones deportivas son complejas y multifactoriales (Meeuwisse, 1994; Bittencourt et al., 2016), por lo que su tratamiento requiere un enfoque integral. Las lesiones suelen ser el resultado de la combinación de:
- Factores de riesgo intrínsecos (biomecánicos, fisiológicos, neuromusculares).
- Factores de riesgo extrínsecos (carga de entrenamiento, superficie de juego, material deportivo).
- Mecanismos lesionales específicos (traumatismos, sobrecarga repetitiva).
Para abordar estos factores, se emplean diversos métodos de evaluación y prevención:
- Uso de la carga progresiva en el entrenamiento: Adaptar la carga de trabajo de manera gradual según la evolución del deportista.
- Ejercicios específicos para la prevención y readaptación: Movimientos funcionales y patrones deportivos adaptados al contexto de cada disciplina.
- Biomecánica y análisis del movimiento: Identificar y corregir desequilibrios musculares o compensaciones que puedan generar futuras lesiones.
El uso de modelos y baterías de evaluación validados permite identificar el riesgo individual de lesión, facilitando la personalización del programa de readaptación y mejorando la efectividad del proceso.
¿Cuándo debo empezar?
La readaptación físico-deportiva debe comenzar lo antes posible tras una lesión, siempre dentro de un marco terapéutico seguro. En casos de lesiones graves o cirugías, el proceso puede iniciarse antes o inmediatamente después de la intervención quirúrgica, con un trabajo específico adaptado a cada etapa de la recuperación.
Es importante entender que la readaptación no es una fase aislada del tratamiento, sino un proceso continuo que debe integrarse con otras intervenciones médicas y terapéuticas. El trabajo multidisciplinar es clave en este proceso:
- Médicos: Diagnóstico y seguimiento clínico.
- Fisioterapeutas: Tratamiento de la lesión y regeneración tisular.
- Readaptadores deportivos: Transición hacia el entrenamiento y la competición.
- Psicólogos deportivos: Gestión emocional y mental durante la recuperación.
La integración de todos los especialistas garantiza un retorno óptimo al deporte, minimizando el riesgo de recaídas y optimizando el rendimiento del deportista. A diferencia de la visión tradicional en la que la recuperación pasaba del fisioterapeuta al readaptador, hoy se entiende como un proceso de ida y vuelta, en el que ambos profesionales trabajan en conjunto a lo largo de toda la evolución de la lesión.
Readaptación deportiva y salud: impacto en el bienestar general
Más allá de la competición, la readaptación deportiva tiene un impacto positivo en la salud general del deportista. Una recuperación deficiente puede generar compensaciones musculares que deriven en lesiones crónicas. Por ello, el trabajo del readaptador físico-deportivo es clave para garantizar no solo la vuelta a la actividad, sino la longevidad del rendimiento físico del atleta.

Entre sus beneficios destacan:
- Reducción del riesgo de recaídas gracias a una readaptación progresiva.
- Mejora de las capacidades de movimiento y fuerza, trabajando en descompensaciones musculares.
- Optimización del rendimiento, persiguiendo que el deportista vuelva a ofrecer su mejor versión.
Desafíos actuales del readaptador deportivo
En las últimas dos décadas, la comunidad científica y los profesionales del deporte han avanzado significativamente en el desarrollo de modelos de evaluación de riesgo lesional, diseñados para identificar a deportistas con mayor probabilidad de sufrir lesiones musculares, tendinosas y ligamentosas. Estos avances han permitido una mejor comprensión de los factores que predisponen a los atletas a lesiones como los desgarros de isquiosurales (Ayala et al., 2016; López-Valenciano et al., 2018) y las roturas del ligamento cruzado anterior (LCA) (Hewett et al., 2016; Myer et al., 2011).
Sin embargo, la complejidad de la interacción entre los factores de riesgo hace que la prevención y readaptación deportiva continúe siendo un desafío en constante evolución.
Inteligencia artificial y el futuro de la readaptación deportiva
Uno de los mayores avances en este campo es la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos de prevención, readaptación y reentrenamiento deportivo. La IA ha permitido el desarrollo de metodologías específicas que abordan escenarios complejos y multifactoriales, como analizar múltiples factores de riesgo de forma simultánea. Gracias a nuevas tecnologías, los algoritmos de aprendizaje automático pueden no solo predecir el riesgo de lesión, sino también identificar factores específicos que contribuyen a dicho riesgo. Esto tira la puerta abajo en la individualización máxima de la readaptación, optimizando los programas de intervención y prevención.
La capacidad de los readaptadores deportivos para integrar estos avances tecnológicos en su práctica diaria será clave para el futuro de la profesión, permitiéndoles tomar decisiones basadas en datos y personalizar aún más los procesos de recuperación y prevención.
Buscar un readaptador deportivo cualificado
Al considerar la contratación de un readaptador deportivo, es esencial asegurarse de que el profesional cuente con las credenciales y garantías necesarias para ofrecer un servicio de calidad y seguro. A continuación, se detallan los aspectos clave a tener en cuenta:
- Formación académica y titulación. Es fundamental que el readaptador deportivo posea una titulación oficial en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD). Esta formación garantiza que el profesional dispone de los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para diseñar y supervisar programas de readaptación física adecuados.
- Especialización en Readaptación Deportiva. Más allá de la titulación general, es recomendable que el profesional haya cursado estudios de posgrado o formación específica en readaptación físico-deportiva. Esta especialización indica un enfoque dedicado y actualizado en las técnicas y estrategias más efectivas para la recuperación y prevención de lesiones deportivas.
- Seguro de Responsabilidad Civil Profesional. Contar con este seguro protege tanto al profesional como al cliente ante posibles incidentes o reclamaciones derivadas de la práctica profesional. En España, todos los profesionales colegiados en los Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física (COLEF) que se encuentran ejerciendo la profesión cuentan automáticamente con un seguro de responsabilidad civil avalado por el COLEF (enlace). Esto asegura que recibe un servicio conforme a la normativa y estándares del sector.
Cómo buscar y consultar un profesional en el Censol Colegial del COLEF
Para verificar la cualificación y colegiación de un profesional, es aconsejable consultar el censo colegial del COLEF correspondiente a su comunidad autónoma. La colegiación garantiza que el profesional cumple con los estándares éticos y de formación establecidos por el colegio profesional. Además, los colegiados ejercientes cuentan con el respaldo de su colegio en aspectos como formación continua, asesoramiento legal y seguros profesionales. Puedes acceder al buscador en el siguiente enlace:
- Censo Colegial COLEFCenso Colegial COLEF
Conclusiones
Más allá de la recuperación, la readaptación físico-deportiva ha evolucionado como un pilar en la optimización del rendimiento y prevención de lesiones. El readaptador deportivo es la figura clave en la reincorporación del deportista a su actividad deportiva en condiciones óptimas y minimizando el riesgo de recaídas. Un enfoque individualizado, basado en modelos estructurados y progresión controlada de cargas, garantiza un retorno seguro sin comprometer el estado físico a largo plazo.
Tiene un rol imprescindible en un equipo multidisciplinar, liderando el proceso de readaptación y re-entrenamiento del deportista lesionado. Su formación interdisciplinar asegura una preparación integral del deportista, contribuyendo a su bienestar, seguridad y desempeño óptimo tanto dentro como fuera del ámbito deportivo, asegurando que su carrera deportiva sea más longeva y libre de lesiones.
El avance de la Inteligencia Artificial y el análisis predictivo está transformando la gestión de lesiones, ofreciendo herramientas que mejoran la prevención y la personalización de los tratamientos. El readaptador deportivo debe mantenerse actualizado en un campo en constante evolución.
Para asegurar un servicio de calidad, es esencial que el profesional esté titulado, especializado, colegiado y cuente con un seguro de responsabilidad civil. Esto garantiza una práctica segura, eficaz y acorde a los más altos estándares de calidad en la readaptación físico-deportiva.
Referencias
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Referencias de enlaces
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Educador Físico Deportivo. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Colegiado nº 64.218. Máster en Prevención y Readaptación de Lesiones Deportivas en el Fútbol por la UCLM y la RFEF. Máster en Cineantropomería y Nutrición Deportiva por la UV. Técnico Superior en Dietética y Técnico Superior de Fútbol (UEFA Pro). Apasionado del fitness y como deporte futbolero. Tengo la suerte de ayudar a personas a mejorar su salud a través del ejercicio.