El cuerpo humano almacena grasa como una reserva energética esencial como un mecanismo de defensa que es una reacción a tus propias acciones o al entorno. El ambiente físico, emocional y químico tiene mucho que ver en este proceso que es complejo y que está regulado por múltiples factores, como el tipo de alimentos que se consumen y la cantidad de energía que generan, las propias hormonas del sistema endocrino, y el nivel de actividad física.
En este artículo conocerás qué funciones y cómo se almacena la grasa corporal, qué tipos de tejido graso tenemos en el cuerpo y dónde se almacena en el cuerpo humano así como los factores que condicionan un lugar u otro.
Tabla de contenidos
La grasa corporal como mecanismo de supervivencia ancestral
El cuerpo, a lo largo de la evolución, ha desarrollado mecanismos para sobrevivir a posibles periodos de hambruna. Una de las formas en que lo hace es acumulando energía en forma de grasa corporal. Se trata de un mecanismo de supervivencia ancestral. El cuerpo siempre buscará asegurar que haya energía suficiente para el futuro ya que no sabe cuando tendrá la siguiente “hambruna”.
La grasa corporal está formada principalmente por triglicéridos que se almacenan en células especializadas llamadas adipocitos, conformando los tejidos adiposos del cuerpo. El tejido adiposo actúa como un almacén de energía, protegiendo órganos vitales y aislando el cuerpo para conservar calor.
Funciones vitales de las grasas
Las grasas o lípidos cumplen funciones vitales en el cuerpo humano y son fundamentales para la salud general. A menudo se asocian solo con el almacenamiento de energía, pero las grasas tienen un papel mucho más amplio y complejo en el funcionamiento del organismo.
- Reserva energética: Son una importante fuente de energía, que proporciona hasta el 70 % del total de nuestra energía en estado de reposo. Permite al organismo almacenar altas cantidades de energía, en una forma muy económica, que puede ser utilizada a largo plazo y en situaciones de ayuno prolongado (McArdle y col, 2000)
- Aislamiento y protección: La grasa subcutánea (bajo la piel) y la grasa visceral (alrededor de los órganos) actúan como un aislante térmico, ayudando a mantener la temperatura corporal estable y protegiendo al organismo del frío. Además, la grasa alrededor de órganos vitales, como el corazón y los riñones, funciona como un amortiguador, protegiendo estos órganos de golpes o lesiones.
- Son un componente esencial de las membranas celulares: permiten que las células mantengan su estructura y regulen el intercambio de sustancias entre el interior y el exterior de la célula, manteniendo la integridad y funcionalidad celular (Alberts et al., 2002).
- Síntesis de hormonas y moléculas esenciales: Las grasas son precursoras de varias hormonas esenciales, como las hormonas esteroides (ej. estrógenos, testosterona) y moléculas de señalización, incluyendo las prostaglandinas.
- Transporte y absorción de vitaminas liposolubles: Las grasas son necesarias para la absorción y transporte de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) en el cuerpo. Estas vitaminas son fundamentales para funciones vitales como la visión, la coagulación sanguínea, el sistema inmunitario y la salud ósea.
Tipos de grasa corporal
Existen dos tipos principales de tejido adiposo: la grasa blanca y la grasa parda, cada una con funciones y comportamientos diferentes.
La grasa blanca
La grasa parda
La grasa beige
La grasa beige es una forma de tejido adiposo que tiene la capacidad de transformarse de un estado de almacenamiento de energía a uno de gasto energético en respuesta a estímulos como el frío o el ejercicio. Esta grasa tiene la capacidad de quemar energía para generar calor (termogénesis), similar a la grasa parda, pero a diferencia de esta, que es metabólicamente activa desde el nacimiento, la grasa beige proviene principalmente de la transformación de células de grasa blanca en ciertos contextos (Wu et al., 2012).
La grasa beige se comporta de forma intermedia entre la grasa blanca y la parda y puede activarse para ayudar a regular el metabolismo y mantener el equilibrio energético. En definitiva, algunos depósitos de grasa pueden cumplir funciones reguladoras y metabólicas, especialmente cuando el organismo se ve expuesto a estímulos que activan la conversión de grasa blanca a grasa beige.
Aumento de grasa corporal
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Cómo se almacena la grasa corporal
Muchas personas piensan que la grasa corporal aumenta por comer muchos alimentos ricos en grasas pero el metabolismo de las grasas abarca tanto el almacenamiento de grasas ingeridas como su síntesis a partir de otras fuentes de energía. Para comprender cómo se almacena la grasa corporal hay que distinguir que ésta puede aumentar por ingerir alimentos que contienen grasas dietéticas o que puede formarse a partir de la síntesis de otras fuentes de energía, principalmente los carbohidratos.
Cómo se almacena la grasa corporal por la ingesta de grasas dietéticas
Cuando ingerimos alimentos ricos en grasas, su digestión comienza en el estómago, donde la acción agitadora ayuda a crear emulsiones. A medida que las grasas pasan al intestino delgado, son mezcladas con la bilis producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar, que emulsiona las grasas, es decir, las descompone en pequeñas gotas que facilitan su digestión.
Estas grasas, principalmente en forma de triglicéridos, son entonces atacadas por enzimas llamadas lipasas (enzimas secretadas por el páncreas), que las descomponen en ácidos grasos y monoglicéridos. Una vez que los ácidos grasos y monoglicéridos están disponibles, los enterocitos (células del intestino) los absorben y los reconvierten en triglicéridos dentro de las células. Después, los enterocitos los recubren con proteínas para formar quilomicrones, partículas especializadas en el transporte de lípidos.
Los quilomicrones actúan como “vehículos” que transportan los triglicéridos por la linfa hasta que alcanzan el torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, los triglicéridos dentro de los quilomicrones se hidrolizan, es decir, se descomponen en ácidos grasos libres gracias a la acción de enzimas como la lipoproteína lipasa. Estos ácidos grasos libres pueden ser utilizados inmediatamente por el cuerpo como fuente de energía, o bien ser transportados a los adipocitos, donde se almacenan en forma de grasa corporal para usarse en momentos de necesidad.
En este punto puede ocurrir que los ácidos grasos se utilicen para generar energía necesaria, sin embargo, si no son utilizados de inmediato como energía, se almacenarán en los adipocitos, creando una reserva que pueda ser utilizada más adelante en caso de una posible “hambruna”.
Cómo se almacena la grasa corporal a partir de otras fuentes de energía
La lipogénesis se refiere a la síntesis de nuevos ácidos grasos a partir de carbohidratos y otras fuentes de energía, un proceso que ocurre principalmente en el hígado. Esta síntesis de lípidos a partir de glucosa o aminoácidos se desarrolla cuando se consumen más calorías de las que se necesitan, transformando ese excedente en grasa y almacenándola en los adipocitos (“almacenes” de grasa).
El rol del hígado en la lipogénesis
El hígado tiene un función vital que es el metabolismo de las grasas y del resto de nutrientes: convierte los carbohidratos, proteínas y grasas que consumes en energía y otras sustancias que el cuerpo puede utilizar.
El hígado actúa como un “banco de reservas” de glucosa. Utiliza la glucosa recién captada para la síntesis de glucógeno. Cuando hay exceso de glucosa en la sangre, el hígado la almacena como glucógeno y, en momentos de necesidad (como entre comidas o durante el ejercicio), convierte ese glucógeno de nuevo en glucosa para mantener estables los niveles de azúcar en sangre y proteger al páncreas.
Las personas con más masa muscular tienen una mayor capacidad de almacenar glucógeno lo que reduce la cantidad de glucosa libre circulando en la sangre después de una comida rica en carbohidratos. Esto provoca que exista menos glucosa disponible para ser almacenada como grasa. Es un círculo virtuoso: más músculo, más glucógeno almacenado, menos grasa acumulada.
Cuando la concentración de glucosa es muy alta, el hígado puede convertir el excedente de glucosa, que no puede almacenarse como glucógeno, en ácidos grasos (lipogénesis) que luego se transportan en forma de triglicéridos a los adipocitos (células de grasa) generando un aumento de grasa corporal. El video creativo que verás a continuación enseña cómo al llegar al hígado un excedente de azúcar, ante la resistencia a la insulina, acaba transformándose en triglicéridos y enviado a un adipocito para almacenarse como reserva de grasa.
Los adipocitos son los almacenes de la grasa
Los adipocitos son células especializadas para almacenar los triglicéridos en el cuerpo. Estas células actúan como almacenes de grasa. Los triglicéridos se introducen en el interior de los adipocitos, donde se almacenan en forma de grandes gotas de grasa. La mayor parte se encuentran en el tejido adiposo blanco.
Estas células pueden expandirse para almacenar más triglicéridos cuando se produce un exceso calórico (ingieres más de lo que gastas), lo que favorece el aumento de grasa corporal.
Formación de nuevos adipocitos
Cuando el cuerpo necesita almacenar más grasa de la que los adipocitos existentes pueden manejar, se forman nuevos adipocitos para expandir la capacidad de almacenamiento. Este proceso se conoce como adipogénesis, y ocurre especialmente en casos de exceso calórico prolongado. Un almacenamiento de la grasa crónico puede conducir a la aparición de sobrepeso u obesidad.
¿Dónde se almacena la grasa en el cuerpo?
Ya sabes cómo se almacena la grasa en el cuerpo pero seguro que más de una vez te has preguntado porqué se almacena más en una parte del cuerpo que otra. Es sabido que la grasa no se distribuye en todos los sitios del cuerpo por igual.
Existen dos tipos principales de tejido adiposo que son conformados por adipocitos: la grasa subcutánea, que está bajo la piel, y la grasa visceral, que rodea los órganos.
- La grasa subcutánea es la grasa que se almacena justo debajo de la piel, principalmente en áreas como el abdomen, los muslos y las caderas. Tiene un alto impacto estético, sin embargo, no es tan peligrosa para la salud.
- La grasa visceral es la que se encuentra en el interior del abdomen, rodeando órganos importantes como el hígado, el páncreas y los intestinos. La principal diferente entre grasa subcutánea y visceral es que esta última está más asociada con riesgos para la salud, com síndromes metabólicos y patologías cardiovasculares.
¿Dónde se almacena primero la grasa?
El cuerpo no decide de forma consciente donde distribuir y almacenar la grasa sino que depende múltiples factores hormonales, genéticos y metabólicos.
Por ejemplo, una persona sometida a un estrés muy alto de forma crónica tiene más probabilidades de acumular más grasa visceral que subcutánea. El tejido visceral tiene más receptores para el cortisol, la hormona del estrés, lo que promueve el almacenamiento de grasa en el abdomen. Por otro lado, la grasa subcutánea tiende a responder más a la insulina, favoreciendo la acumulación debajo de la piel cuando se sintetizan triglicéridos por un exceso de azúcares y carbohidratos en la dieta.
La genética también influye de forma que la expresión de ciertos genes puede influir en cómo y dónde se activan los adipocitos para almacenar triglicéridos. Algunas personas tienen una predisposición genética a acumular grasa en la zona subcutánea (generalmente en caderas y muslos), mientras que otras acumulan más grasa visceral en el abdomen.
Las hormonas juegan un papel clave en la distribución de grasa. La insulina tiende a dirigir los triglicéridos hacia la grasa subcutánea, mientras que el cortisol (la hormona del estrés) favorece el almacenamiento en la grasa visceral. Esto explica por qué el estrés crónico y los niveles altos de cortisol están más asociados con el aumento de grasa visceral.
Acumulación de triglicéridos en sangre y salud cardiovascular
Los triglicéridos en exceso también pueden circular en el torrente sanguíneo y acumularse en las paredes de las arterias. Son transportados en la sangre por lipoproteínas, y cuando sus niveles son muy altos, se asocian con el desarrollo de placas de ateroma, que son depósitos grasos en las paredes arteriales. Este proceso contribuye a la denominada aterosclerosis, una condición en la cual las arterias se endurecen y se estrechan, aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Mantener niveles saludables de triglicéridos en sangre es clave para la salud del sistema cardiovascular. Una dieta equilibrada, baja en azúcares y grasas saturadas, y la práctica de ejercicio físico regular, ayuda a controlar estos niveles y a reducir la probabilidad de acumulación de triglicéridos en las arterias.
Conclusiones
Pienso que comprender cómo se almacena la grasa corporal puede ser importante para una persona introduzca cambios en sus hábitos de alimentación. Algunos de los puntos clave de este artículo son:
- El cuerpo humano está diseñado para almacenar grasa como una estrategia de supervivencia, y esto puede dificultar la pérdida de peso en algunos casos
- Las grasas no solo cumplen un papel energético en el organismo, sino que también son esenciales para proteger los órganos, estructurar las células, producir hormonas y permitir la absorción de vitaminas vitales.
- Es importante comprender la diferencia entre grasa blanca, grasa parda y grasa beige
- Cuando una persona consume más calorías de las que gasta, ya sea a través de grasas u otras fuentes dietéticas, el cuerpo convierte ese exceso en triglicéridos, que luego se almacenan en los adipocitos.
- El exceso de carbohidratos se convierte en glucosa y, si no se utiliza como energía inmediata, se almacena en el hígado o se convierte en grasa a través de un proceso llamado lipogénesis.
- Factores como la alimentación, las hormonas, y la actividad física influyen directamente en el almacenamiento de grasa
Referencias
Alberts, B., Johnson, A., Lewis, J., Raff, M., Roberts, K., & Walter, P., 2002. Molecular Biology of the Cell. Garland Science. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK21054/
Benardot, D., 2019. Manual ACSM de nutrición para Ciencias del Ejercicio. Ed: Wolters Kluwer
Fernandez Vaquero, A., & Lopez Chicharro, J. 2023. Fisiología del Ejercicio. 4ª Edicion. Editorial Medica Panamericana.
Wu J, Boström P, Sparks LM, Ye L, Choi JH, Giang AH, Khandekar M, Virtanen KA, Nuutila P, Schaart G, Huang K, Tu H, van Marken Lichtenbelt WD, Hoeks J, Enerbäck S, Schrauwen P, Spiegelman BM., 2012. Beige adipocytes are a distinct type of thermogenic fat cell in mouse and human. Cell.150(2):366-76. doi: 10.1016/j.cell.2012.05.016. Epub 2012 Jul 12. PMID: 22796012; PMCID: PMC3402601.
Educador Físico Deportivo. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Colegiado nº 64.218. Máster en Prevención y Readaptación de Lesiones Deportivas en el Fútbol por la UCLM y la RFEF. Máster en Cineantropomería y Nutrición Deportiva por la UV. Técnico Superior en Dietética y Técnico Superior de Fútbol (UEFA Pro). Apasionado del fitness y como deporte futbolero. Tengo la suerte de ayudar a personas a mejorar su salud a través del ejercicio.