La pelvis proporciona estabilidad y soporte a la columna vertebral siendo su principal función establecer un enlace entre la columna vertebral y los miembros inferiores, permitiendo la transferencia de fuerzas y controlando la estabilidad durante el movimiento del cuerpo, desde la simple marcha hasta acciones complejas.
Representa en el cuerpo lo que un director a una orquesta. Tiene un papel crucial coordinando y tratando de dirigir el movimiento de forma armoniosa en nuestro cuerpo. Al igual que un director en la orquesta establece el ritmo y la estructura para la música, la pelvis actúa como el centro de control que sincroniza y guía las diferentes estructuras anatómicas y mecánicas en su conjunto. Sin una pelvis sólida, el cuerpo pierde su alineación y la capacidad de generar fuerza y movimientos coordinados.
El vínculo de la pelvis con el miembro inferior se produce a través de la articulación de la cadera. Si deseas saber más sobre esta articulación, te dejo un enlace a continuación
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Tabla de contenidos
Anatomía de la pelvis
La pelvis es la única estructura ósea que conecta la parte superior del cuerpo con la parte inferior. En términos anatómicos, la pelvis se compone de varias articulaciones que permiten la conexión y la transferencia de fuerzas entre la columna vertebral y las extremidades inferiores. Podemos concretar que la cintura pélvica está formada por los dos huesos de la cadera, denominados coxal o huesos pélvicos. Estos se unen por delante en una articulación llamada sínfisis del pubis y se unen por detrás con el sacro en las articulaciones sacroilíacas.
El anillo completo compuesto por los coxales (derecho e izquierdo), la sínfisis del pubis por delante y el sacro por la parte posterior conforman la pelvis.

Además de las articulaciones mencionadas, las sacroilíacas y la sinfisis púbica, más conocidas y sobre las que entrare en mayor detalle, tenemos otras dos articulaciones que podemos considerar parte de la pelvis.
Por un lado, tenemos la articulación lumbosacra, que es la unión entre la última vértebra lumbar (L5) y el sacro. Es importante en la transferencia de carga entre la columna vertebral y la pelvis, y participa en la flexión, extensión y torsión del tronco.
Y por otro lado está la articulación sacrococcígea, que conecta el sacro con el cóccix conformando una estructura ósea formada por vértebras fusionadas en la parte inferior de la columna vertebral. Aunque los movimientos en esta articulación son limitados, juega un papel importante en la postura y en la absorción de impactos durante la bipedestación y el sentado.
Cada coxal consta de una parte superior y una parte inferior.
La parte superior se llama ilion y la parte inferior se llama isquion.

Pelvis mayor y menor
La pelvis tiene además una división anatómica en pelvis mayor y pelvis menor cuyo conocimiento nos proporciona una comprensión más profunda de la estructura y función de la pelvis para nuestro bienestar.
La porción de la pelvis ósea que se encuentra por encima del estrecho superior de la pelvis se denomina pelvis mayor. Esta se relaciona con la estabilidad y soporte del tronco. La porción de la pelvis ósea por debajo del estrecho superior de la pelvis corresponde a la pelvis menor, que está más asociada con la capacidad reproductiva y el parto en las mujeres.

Articulación sacroilíaca
La articulación sacroilíaca (articulación SI) es la articulación entre la vértebra sacra fusionada y hueso ilíaco (ilion) bilateralmente (formando la articulación SI izquierda y derecha) (Hazari et al., 2021). Se trata de una articulación que permite momentos mínimos de traslación y deslizamiento en el plano sagital. Las SI realizan los movimientos de nutación y contranutación, importantes para nuestra biomecánica integral.

La articulación SI funciona para soportar una cantidad significativa de peso corporal y, por lo tanto, sufrir esfuerzos de compresión. Su objetivo principal es absorber las tensiones asimétricas a las que se ve sometida la pelvis, especialmente durante la marcha. Sin embargo, la línea de gravedad y el peso corporal crea una esfuerzo de torsión que es estabilizado por los ligamentos y músculos circundantes.
No hay un músculo con una acción directa sobre esta articulación, sin embargo, si hay varios que insertan en ella con la misión de ofrecer estabilidad, como son el oblicuo interno, el oblicuo externo, los erectores espinales, los isquiosurales, el piramidal de la pelvis, las fibras superiores del glúteo mayor, el psoas menor o musculatura del suelo pélvico como el coccígeo o el elevador del ano, entre otros.
La cápsula articular de la art. sacroilíaca (SI) es muy corta y está reforzada por potentes ligamentos. Los ligamentos iliolumbares los principales responsables de estabilidad de la articulación SI. Los ligamentos sacrotuberoso, sacroespinoso y sacroilíaco anterior también resisten la contranutación con un papel menor en la estabilidad de la articulación SI (Levangie & Norkin, 2011)
Sínfisis Púbica
La sínfisis púbica es la articulación mediana entre los cuerpos de los dos pubis, ubicados en la parte frontal de la pelvis. Proporciona un grado limitado de movimiento y está diseñada para absorber impactos y brindar soporte durante el caminar y correr. Por ello, está reforzada por ligamentos, como el ligamento púbico superior e inferior, que contribuyen a la estabilidad y la resistencia de la articulación.
Diferencias sexuales de la pelvis
Diferencia entre hombres y mujeres

Las diferencias relacionadas con el sexo –en los huesos– son fáciles de apreciar al comparar las pelvis de mujeres y de hombres adultos. Tras la pubertad, el crecimiento de la pelvis femenina es proporcionalmente mayor que el crecimiento de estatura.
La mayoría de las diferencias estructurales entre estas dos pelvis son adaptaciones a los requerimientos del embarazo y el parto. La pelvis femenina es más ancha y menos profunda que la masculina. Las espinas ilíacas anteriores superiores, invertidas en el hombre, sobresalen hacia fuera en la mujer. Esto se acompaña de una basculación anterior que conlleva una mayor orientación horizontal y un aumento de la lordosis lumbar. En consecuencia, hay más espacio en la pelvis menor de la mujer, especialmente en el estrecho superior y el estrecho inferior, para permitir el pasaje de la cabeza del niño durante el parto (Tortora and Derrickson, 2011)

Biomecánica de la pelvis
La biomecánica de la pelvis se refiere al estudio de los principios mecánicos y funcionales que nos permiten comprender su rol en la estabilidad, el movimiento y la distribución de la carga. Desde un punto de vista funcional, la pelvis ósea suministra un sostén resistente y estable a la columna vertebral y de protección de los órganos pélvicos (Tortora and Derrickson, 2011).
Funciones biomecánicas de la pelvis
Soporte y estabilidad
La principal función de la pelvis es proporciona estabilidad y soporte a la columna vertebral. La forma y estructura ósea de la pelvis, junto con los ligamentos y los músculos que la rodean, ayudan a mantener la alineación adecuada de la columna y a distribuir las fuerzas generadas durante el movimiento y las actividades diarias. Las articulaciones sacroilíacas tienen un rol vital en la estabilidad de la pelvis al transmitir las cargas de la parte superior del cuerpo hacia las extremidades inferiores.
Movimiento
La pelvis desempeña un papel fundamental en permitir y controlar el movimiento, desde la marcha humana hasta las actividades más complejas. Durante la marcha, la pelvis se involucra en una serie de movimientos coordinados que permiten el balanceo adecuado de las extremidades, la estabilización del tronco y la transferencia de peso entre las piernas durante las diferentes fases del ciclo de la marcha.
Distribución de la carga
Durante la marcha y otras actividades que implican cargar peso, la pelvis debe ser capaz de absorber y distribuir las fuerzas generadas por el cuerpo. Esto se logra a través de la estructura ósea de la pelvis, los discos intervertebrales, los ligamentos y los músculos que actúan en conjunto para mantener la estabilidad y así prevenir lesiones.
La función óptima de la columna requerirá control durante el movimiento. Se necesita el movimiento espinal para la absorción de cargas, para prepararse y responder contra perturbaciones y para conseguir la calidad y cantidad de movimiento funcional que caracteriza al ser humano.
Movimientos relativos vs movimientos absolutos
Para comprender mejor los movimientos que realizamos con la pelvis, debemos comprender las diferencias entre movimientos absolutos y movimientos relativos.
Los movimientos absolutos se refieren a los cambios de posición o desplazamientos totales de la pelvis en relación al espacio. Estos movimientos implican movimientos en los tres planos del espacio: sagital, frontal y transversal. Por ejemplo, la inclinación pélvica, la rotación de la pelvis o la basculación se consideran movimientos absolutos, ya que involucran un cambio en la posición global de la pelvis en relación con el cuerpo.
El movimiento relativo significa un cambio de posición entre diferentes partes de la pelvis, es decir, ocurre cuando una o más estructuras se mueven, cambiando su posición en relación a otras estructuras adyacentes que permanecen fijas. Se trata de movimientos que ocurren dentro de la propia pelvis para adaptarse a diferentes situaciones o acciones como por ejemplo ocurre durante la marcha cuando se bascula hacia adelante en la fase de balanceo, y hacia atrás en la fase de apoyo.
Movimientos absolutos de la pelvis
La osteocinemática de la pelvis sobre el fémur describe la rotación de la pelvis y, a menudo, del tronco superpuesto, sobre fémures relativamente fijos. Cuando el fémur se permanece fijo, con carga de peso, el movimiento de la articulación de la cadera se ve facilitado por el movimiento alrededor del segmento proximal (el ilíaco de la pelvis) y por lo tanto consideramos esto como la cinemática de cadena cerrada. En definitiva, se caracteriza por el movimiento de la pelvis (acetábulo) sobre la cabeza del fémur (Hazari et al., 2021).
Los movimientos absolutos de la pelvis son aquellos en los que la pelvis cambia su posición en relación con el espacio. Hablamos de la inclinación pélvica anterior o posterior, inclinación lateral y rotación, que ocurren en el plano sagital, frontal y transversal, respectivamente.
Todas estas cinemáticas expuestas a continuación se basan en el ritmo lumbopélvico contradireccional, la pelvis gira en una dirección mientras que la columna lumbar gira simultáneamente en la dirección opuesta, de forma que el tronco supralumbar permanece casi inmóvil mientras la pelvis gira sobre los fémures. En muchos casos, la cantidad de rotación de la pelvis sobre el fémur estará restringida por las limitaciones naturales del movimiento dentro de la columna lumbar.
Cómo se posiciona la pelvis en el espacio va influir en el posicionamiento y orientación de la caja torácica, y con ello influye en la biomecánica respiratoria y la capacidad funcional del diafragma. Te dejo varios enlaces a continuación si quieres ampliar información
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La inclinación pélvica: Movimientos de anteversión y retroversión
La inclinación pélvica tiene lugar en el plano sagital, con un movimiento bascular hacia delante o hacia atrás. Para esto, el sacro y el ilíaco se mueven a la vez, conformando los movimientos de anteversión y retroversión.
La anteversión es el movimiento de la pelvis hacia delante y la retroversión es el movimiento hacia atrás. La falta de conciencia de alguno de estos movimientos, así como permanecer demasiado tiempo en uno sobre el otro, causa desequilibrios artro-musculares y es raíz de muchas de las patologías crónicas más comunes.

Inclinación Pélvica Anterior
El movimiento de anteversión de la pelvis está directamente relacionado con la inclinación anterior de la misma, conocida en inglés como Anterior Pelvic Tilt (APT). En esta posición, los ilíacos se inclinan hacia delante (en extensión), lo que provoca que el extremo superior del sacro se mueva hacia atrás y hacia abajo (nutación sacra) de forma que el pubis se ubica en una posición inferior en relación con las espinas ilíacas posteriores.
El movimiento de anteversión se produce a la par con la nutación del sacro y con el movimiento de cierre de los ilíacos, movimientos relativos que abordo más adelante.

La anteversión pélvica aumenta la inclinación hacia adelante de la pelvis en el plano sagital y se acompaña de una mayor inclinación de la parte superior del cuerpo en relación con las caderas, lo que contribuye a un aumento de la lordosis lumbar, dicho en cristiano, a una pronunciación mayor de la curvatura lumbar.
A nivel muscular, la inclinación anterior o posterior de la pelvis provoca que algunos músculos experimenten una elongación mientras que otros se acortarán. Con la inclinación pélvica anterior (APT), principalmente los oblicuos y los isquiotibiales adoptan una posición excéntrica, es decir, de estiramiento, mientras que los flexores de cadera, que incluyen los cuádriceps, y los extensores espinales adoptan una posición más concéntrica, se acortan. Los extensores espinales engloban un grupo de músculos que se extienden a lo largo de toda la columna siendo responsables de la extensión global de la misma. Cuando esta posición se mantiene en el tiempo generando una desalineación de la pelvis en el plano sagital, los primeros estarán bloqueados en largo y los segundos estarán bloqueados en corto.
Por otro lado, el recto abdominal y los aductores se muestran muy activos contribuyendo a la inclinación anterior, a la par que los paravertebrales, un grupo de músculos más pequeños que se encuentran adyacentes a las vértebras lumbares, tienden a elongarse permitiendo que la columna se curve hacia delante, lo que favorece el aumento de la lordosis lumbar.
En cuanto a la movilidad, la inclinación pélvica anterior (APT) limitará los movimientos de flexión y rotación interna de cadera en primera instancia.
Durante la anteversión, la pelvis se coloca en posición de exhalación, ya que normalmente ocurre cuando el diafragma se contrae y se eleva durante la fase de exhalación de un ciclo respiratorio. Una pelvis en inclinación anterior (APT) de forma continua afectará al esqueleto axial, conformado por la columna vertebral y la caja torácica, pudiendo generar compresión en estas estructuras.
Estos cambios en la posición de la pelvis y la columna vertebral pueden tener un efecto indirecto en la función respiratoria. La APT acentúa la hiperextensión lumbar, que incrementa la compresión en la columna lumbar y puede ocasionar una restricción de la movilidad de las costillas inferiores, lo que limitará el movimiento del diafragma. Una compresión constante puede limitar la capacidad expansión de la caja torácica durante la inhalación, dificultando la expansión adecuada de los pulmones y afectando a la entrada de aire durante la respiración.
La tendencia de una persona a la inclinación pélvica anterior tiende a desarrollar de forma compensatoria un ángulo infraesternal (ISA) más ancho, que es el ángulo entre las costillas en la parte inferior del esternón, en respuesta a la posición más vertical adoptada por el aumento del tono de extensión de la columna torácica, si bien las adaptaciones serán mínimas.
- El ángulo infraesternal o ISANuevoEl ángulo infraesternal o ISA
Inclinación Pélvica Posterior
La retroversión de la pelvis está directamente relacionado con la inclinación posterior de la misma, conocida en inglés como Posterior Pelvic Tilt (PPT). En esta posición, los ilíacos se inclinan hacia atrás (en flexión), lo que provoca que el extremo superior del sacro se mueva hacia delante y hacia arriba (contranutación sacra) de forma que el pubis estaría en una posición superior en relación con las espinas ilíacas posteriores.
El movimiento de retroversión se produce a la par con la contranutación del sacro y con el movimiento de apertura de los ilíacos

Con la inclinación pélvica posterior, la pelvis se inclina hacia atrás en el plano sagital, lo que contribuye a disminuir la curvatura lumbar de la columna fomentado por la contranutación sacra.
Con la inclinación pélvica posterior (PPT), principalmente los oblicuos y los isquiotibiales adoptan una posición concéntrica o de acortamiento, mientras que los flexores de cadera, que incluyen los cuádriceps, y los extensores espinales adoptan una posición más excéntrica, se alargan. Cuando esta posición se mantiene en el tiempo generando una desalineación de la pelvis en el plano sagital, los primeros estarán bloqueados en corto y los segundos estarán bloqueados en largo. Por otro lado, el recto anterior tiende a elongarse y los paravertebrales tienden a acortarse para controlar la posición pélvica y ofrecer estabilidad a la columna lumbar.
En cuanto a la movilidad, la inclinación pélvica posterior (PPT) limitará los movimientos de extensión y de rotación externa de cadera en primera instancia.
Durante la retroversión, la pelvis se coloca en posición de inhalación, ya que se ve facilitada la expansión de la caja torácica, y con ello, el movimiento del diafragma, si bien, la parte anterior del diafragma desciende más que la parte posterior.
La disminución de la curvatura lumbar fisiológica característica de la PPT, adoptando una posición más recta o incluso cifótica (curvatura hacia atrás), la columna torácica tiende a tener una posición más inclinada hacia adelante, los oblicuos externos “en corto” lo que genera que las costillas inferiores tienden a acercarse más entre sí (cierre de costillas), causando una disminución del ángulo infraesternal (ISA estrecho) en compensación.
Diferencias entre APT y PPT
Inclinación Pélvica Anterior
- Pelvis anteriorizada
- Rotación Interna (RI)
- Aducción (ADD)
- Ilíacos en extensión
- Nutación sacra
- Cierre de los ilíacos
- Pelvis sesgada en exhalación
- ISA ancho en compensación
Inclinación Pélvica Posterior
- Pelvis posteriorizada
- Rotación Externa (RE)
- Abducción (ABD)
- Ilíacos en flexión
- Contranutación sacra
- Apertura de los ilíacos
- Pelvis sesgada en inhalación
- ISA estrecho en compensación
Inclinación lateral de la pelvis
La inclinación lateral de la pelvis es un movimiento que ocurre en el plano frontal, se conoce como lateralidad pélvica e implica el desplazamiento lateral de uno de los lados de la pelvis hacia abajo mientras el otro lado se eleva. En este movimiento, uno de los ilíacos se desplaza hacia abajo y hacia el costado, mientras que el otro hueso ilíaco se eleva en dirección opuesta.

Se trata de un movimiento esencial para mantener el equilibrio y la estabilidad del cuerpo en diferentes posturas y actividades, relevante en la estabilidad durante la marcha y las actividades monopodales.
Cuando caminamos o corremos, primero elevamos un lado, lo proyectamos hacia delante y luego lo bajamos, para continuar después con el otro lado exactamente igual

La rotación
La rotación de la pelvis tiene lugar sobre el plano transversal conformando un movimiento absoluto que implica el giro de la pelvis alrededor de un eje vertical que atraviesa el cuerpo a través de las sacroilíacas, de un lado al otro.

Movimientos relativos de la pelvis
Ya sabemos que los movimientos relativos son aquellos que se refieren a los cambios de posición entre las diferentes partes de la pelvis. Son por decirlo de alguna manera, movimientos independientes.
Movimientos relativos de los ilíacos
Los movimientos relativos de los ilíacos, componentes esenciales del coxal, sobre el sacro, desempeñan un papel crucial en la dinámica de la cadera y la pelvis, ya que se transfieren a lo largo de la parte superior e inferior del cuerpo en un patrón recíproco ordenado. Son movimientos relativos entre sí. Cuando uno avanza, el otro retrocede. Si uno se mueve a la derecha, el otro a la izquierda y viceversa. Esto es diferencial para que el cuerpo se mantenga en equilibrio.
Durante los movimientos de la cadera, como la flexión, la extensión, la abducción y la aducción, los ilíacos experimentan una serie de cambios en su posición relativa que están íntimamente relacionados con la anteversión y la retroversión pélvica, así como con la nutación y la contranutación sacra.
Cuando los ilíacos tienen movimientos opuestos, el sacro y las articulaciones sacroilíacas que están en medio, requieren de movilidad y también estabilidad para absorber adecuadamente las cargas, responder ante perturbaciones y lograr la calidad en el movimiento que tiene el ser humano.
Rotación anterior vs Rotación posterior
El movimiento de rotación anterior es aquel en el cual el ilíaco unilateralmente se mueve hacia delante de forma que la espina ilíaca anterosuperior mira hacia abajo y hacia adentro a la vez que la rama isquiática asciende hacia atrás
De forma contraria, el movimiento de rotación posterior, en el que el ilíaco de forma unilateral se mueve hacia atrás de forma que la espina iliaca anterosuperior mira hacia arriba y hacia afuera a la par que la rama isquiática asciende hacia delante
Movimientos de Apertura vs Cierre
Durante el movimiento de apertura la espina ilíaca se va hacia afuera lo que genera una distracción en la sínfisis púbica y genera una coaptación en las articulaciones sacroilíacas
Lo opuesto sucede en el movimiento de cierre, las espinas ilíacas se aproximan hacia la línea media y generar una distracción en las articulaciones sacroilíacas, a la vez que genera un aumento de la compresión en la sínfisis púbica
Movimientos relativos del sacro
La anteversión pélvica, vinculada a la inclinación anterior de la pelvis, se asocia a menudo con una contranutación relativa del sacro, lo que implica una anteriorización del ilíaco respecto al sacro (Anterior Iliac Tilt). Por otro lado, la retroversión pélvica, en la que la pelvis se inclina hacia atrás, se asocia con una nutación relativa del sacro (Posterior Iliac Tilt)

Nutación sacra
La nutación es el movimiento en el cuál la base del sacro se mueve hacia delante y el cóccix se mueve hacia arriba y hacia atrás. El sacro busca la horizontalidad. De forma más técnica, consiste en el movimiento de traslación anterior del promontorio, supone la flexión con respecto a la pelvis, disminuye el estrecho superior de la pelvis y aumenta el estrechamiento inferior (permite expandir el suelo pélvico en su parte posterior), lo que separa los isquiones a la par que el cóccix retrocede y se eleva.

Intervención muscular en la nutación sacra
El movimiento de nutación sacra es un proceso complejo que involucra la interacción coordinada de varios músculos y estructuras. A continuación, conocerás alguna musculatura que puede influir en la nutación sacra de manera independiente.
Los multífidos, músculos profundos de la espalda con grandes inserciones sobre el sacro, además de mantener la lordosis lumbar, pueden provocar la nutación independiente del sacro.

El psoas, a través de su inserción en L4-L5, también puede llevar el sacro a nutación.


La contracción del recto anterior del abdomen, por sus inserciones en el esternón y las costillas, y su unión con la sínfisis púbica, puede ejercer una tracción hacia arriba en la sínfisis púbica y el hueso ilion, lo que puede influir en la nutación sacra.
Contranutación sacra
El cóccix tiende a irse hacia delante y la base del sacro tiende a irse hacia atrás. El sacro busca la verticalidad. De forma más técnica, es el movimiento de traslación posterior del promontorio del sacro, lo que aumenta el estrecho superior de la pelvis y disminuye el inferior, ya que acerca los isquiones a la par que el cóccix avanza y baja.

Intervención muscular en la contranutación sacra
El piramidal de la pelvis, por su inserción en el borde de la cara anterior del sacro a la altura de los tres forámenes inferiores, puede contranutar el sacro de forma independiente con respecto a la pelvis. Es determinante ya que puede mover el sacro sobre los tres planos.


El piramidal no solo contranuta el sacro, también lo rota, traccionando desde su inserción en la zona lateral-inferior de la cara anterior y adelantando el hemisacro contralateral. Su sobreactivación fijará la SI y provocará rotación adelantando el hemisacro contralateral. El papel del glúteo mayor, que realiza lo contrario al insertarse en la zona lateral-inferior de la cara posterior, será clave en el equilibrio artro-muscular, en la estabilidad sacroilíaca y por tanto, en la prevención de lesiones.
La musculatura del suelo pélvico, incluyendo el músculo levantador del ano y el músculo coccígeo, también tiene un impacto en la posición de la pelvis y puede influir en la contranutación sacra (Vleeming et al, 2012)

Los movimientos de nutación y contranutación sacra tienen un efecto directo en el distanciamiento del cóccix a la sínfisis púbica. La nutación se asocia con un aumento en el espacio entre estas estructuras y una mayor curvatura lumbar, mientras que la contranutación se relaciona con un acercamiento del cóccix a la sínfisis púbica y una rectificación de la columna vertebral.

Aquí tienes un video ilustrativo para comprender mejor los movimientos del sacro y su influencia en la pelvis
Movimientos de lateroflexión y movimientos de rotación
En la lateroflexión del sacro, uno de los lados del sacro se inclina hacia abajo y hacia el lado, mientras que el lado opuesto se eleva. Por ejemplo cuando ocurre la lateroflexión derecha del sacro, el lado derecho del sacro se desplaza hacia abajo y hacia la derecha, y el lado izquierdo se eleva. Este movimiento está estrechamente relacionado con la inclinación de los huesos ilíacos en el mismo sentido. En otras palabras, cuando el sacro se inclina lateralmente hacia la derecha, el hueso ilíaco derecho tiende a elevarse, mientras que el izquierdo se deprime. Esto crea un ajuste dinámico en la postura y el equilibrio de todo el cuerpo.
La rotación sacra implica una torsión en el eje vertical del sacro, lo cual deja al sacro en una posición más oblicua. Cuando el sacro rota hacia la derecha, el hueso ilíaco derecho tiende a rotar hacia adelante (anteriormente) en relación con el fémur, mientras que el hueso ilíaco izquierdo se inclina hacia atrás (posteriormente).
Estos movimientos tienen un impacto directo en la orientación de la pelvis y la posición de la articulación coxofemoral por lo que afectan a la postura, a la función de la pelvis y de la columna vertebral.
Comprender cómo estos movimientos relativos interactúan con la mecánica global del cuerpo es esencial para abordar eficazmente las alteraciones posturales y musculoesqueléticas así como desarrollar estrategias de readaptación más eficaces. A continuación, si quieres ampliar información sobre la postura y las alteraciones más frecuentes, te dejo dos enlaces que puede ser de interés.
- La postura corporalNuevoLa postura corporal
- Alteraciones posturales más comunesNuevoAlteraciones posturales más comunes
Estabilidad y movilidad en la pelvis
La movilidad y estabilidad de la pelvis, o cintura pélvica, representan un elemento crucial en la biomecánica del cuerpo humano. En este contexto, es fundamental comprender el papel esencial que desempeñan las articulaciones sacroilíacas en la distribución y absorción de las tensiones generadas por el movimiento. Las sacroilíacas están diseñadas para adaptarse y responder a las fuerzas externas, permitiendo que la pelvis se ajuste y acomode de manera dinámica durante diversas actividades.
No obstante, es importante destacar que las sacroilíacas no están destinadas a generar por sí mismas los movimientos principales de la pelvis. Más bien, la pelvis actúa como el principal motor que genera los movimientos, especialmente a través de la articulación coxofemoral que abordaré en otra entrada.
Es la articulación coxofemoral la responsable de la mayor parte de los movimientos tridimensionales que se producen en la pelvis, incluyendo la flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna y rotación externa. Autores como Sahrmann (2006) y Neumann (2010) han resaltado cómo la pelvis y la coxofemoral trabajan en conjunto para lograr la movilidad y estabilidad necesarias para las funciones diarias y las demandas del movimiento humano.
En conclusión, la movilidad y estabilidad de la pelvis se basan en una colaboración estrecha entre las sacroilíacas y la coxofemoral. Las sacroilíacas desempeñan un papel crucial en la absorción de tensiones, mientras que la coxofemoral genera activamente los movimientos necesarios para mantener la función adecuada.
Conclusiones
El estudio profundo de la anatomía y la biomecánica de la pelvis emerge como un pilar crucial en la comprensión de la función y el movimiento del cuerpo humano. La conjunción del conocimiento anatómico y las teorías biomecánicas nos brindan una visión completa de esta estructura fundamental, la cual ejerce una influencia profunda en la postura y el movimiento funcional.
Desde la complejidad de la implicación muscular en la inclinación pélvica hasta la interacción de los movimientos relativos, cada aspecto desempeña un papel esencial en la práctica clínica, la rehabilitación personalizada y el desempeño deportivo.
La capacidad de discernir las complejidades individuales que varían de una persona a otra, y aplicar estos conceptos en la práctica deportiva puede marcar la diferencia en la optimización del movimiento y la prevención de trastornos musculoesqueléticos, por ello la evaluación individualizada por un profesional de la salud se antoja como un elemento clave para interpretar cómo los músculos pueden estar condicionando la postura y el movimiento de un individuo.
Al abrazar las teorías anatómicas y biomecánicas, se abren las puertas a una comprensión más precisa y efectiva del movimiento humano, y al diseño de estrategias de rehabilitación y readaptación óptimas, beneficiando tanto a profesionales de la salud como a cualquiera que esté en la búsqueda de un bienestar óptimo y un rendimiento excepcional.
Referencias
Delgado García, Alberto (2017). Anatomía humana funcional y clínica. 2ª Ed. Programa Editorial Universidad del Valle.
Hazari, A., Maiya, A. and Nagda, T. Conceptual Biomechanics and Kinesiology. 2021: Springer.
Kapandji. 2012. Fisiología articular. Tomo 2. 6ª Edición.
Levangie PK, Norkin CC. Joint structure and function: a comprehensive analysis. Philadelphia, PA: F.A. Davis; 2011.
Neumann DA. Kinesiology of the Hip: A Focus on Muscular Actions. J Orthop Sports Phys Ther. 2010;40(2):82-94.
Sahrmann SA. Diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del movimiento. Barcelona: Paidotribo; 2006.
Tortora, G. and Derrickson, B., 2011. Principios de anatomía y fisiología. 13th ed. Madrid: Ed. Médica Panamericana.
Vleeming, A., Mooney, V., Stoeckart, R., & Snijders, C. (2012). Movement, Stability & Lumbopelvic Pain: Integration of Research and Therapy, 2nd Ed. Elsevier Health Sciences.
Walker JM. The sacroiliac joint: a critical review. Phys Ther. 1992;72(12):903–16.

Educador Físico Deportivo. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Colegiado nº 64.218. Máster en Prevención y Readaptación de Lesiones Deportivas en el Fútbol por la UCLM y la RFEF. Máster en Cineantropomería y Nutrición Deportiva por la UV. Técnico Superior en Dietética y Técnico Superior de Fútbol (UEFA Pro). Apasionado del fitness y como deporte futbolero. Tengo la suerte de ayudar a personas a mejorar su salud a través del ejercicio.
Estupendas aportaciones para comprender cómo la distintas posibles formas de posturas y movimientos son causas de bienestar o discapacidad y malestar. GRACIAS!
Gracias Maribel por comentar. Un saludo!